El sabor de la yerba mate, el perfume característico de la lavanda, las propiedades curativas del aloe vera y la energía de la guaraná están presentes en bebidas, cremas, medicamentos y tratamientos de belleza. Están en las góndolas de los supermercados, en las alacenas de cada hogar y en los botiquines de los consultorios. Pero comienzan su vida en distintas plantas del país y del mundo. Es el trabajo de Soaljo obtener los extractos vegetales conservando todas sus propiedades y brindarlos a la industria para que lleguen al consumidor con su mayor pureza. La firma comenzó en 1954 en Mataderos, Ciudad de Buenos Aires, pero desde 2000 está radicada en Valentín Alsina.

La economista Sofía Soulez dirige la firma y fue la ganadora de la edición 2020 del Premio Joven Empresario que entrega la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires, y la categoría Convivencia Generacional por ser la tercera generación familiar al frente de la empresa.

El objetivo de Soaljo es brindar naturaleza a medida: “Lo que hacemos es crear, es extraer los extractos vegetales. Tomamos las plantas que están disponibles en la naturaleza y les extraemos los principios activos para que la persona que lo necesite no tenga que comprar un gran volumen de plantas, sino que compre el activo concentrado, que por una cuestión de volumen, costos y rendimiento le es mucho más beneficioso”, explicó Soulez ante las consultas de Castelar Digital.

“Atendemos a cinco industrias distintas: suplementos dietarios, alimentos y bebidas, salud animal, salud humana y cosmética, tanto en Argentina como en Latinoamérica. Industrias que están creciendo mucho en todo lo que es el uso de extractos vegetales, estamos nosotros también con un buen crecimiento en la empresa. Siempre vendemos a quienes terminan el producto final, no van a ver nuestro producto en la góndola porque no somos el productor final, somos un insumo dentro de las cadenas productivas de las demás empresas”, resumió.

Los post solar con aloe vera o las bebidas con café, los medicamentos hepatoprotectores a base de alcachofa o las cremas con aceite de argán, también los bronceadores con zanahoria o los caramelos con hinojo, un sinfín de productos se valen de los extractos vegetales para contar con propiedades especiales y específicas. En la cadena de fabricación de estos productos interviene Soaljo como proveedora de los insumos. “Cuando extraes de una planta extraes todo, desde el olor que es la esencia, o el sabor o las propiedades, extraemos todo. Se extraen todas las propiedades químicas de una planta, no podes extraer unas y no las otras, podes hacer un proceso para disminuir algunas. Pero el proceso de extracción depende muchísimo de en qué formato esté buscando el producto el cliente, no es lo mismo extraer para hacer un polvo o para hacer un líquido o para hacer un blando, una gelatina, todo depende de qué esté buscando el cliente final para nosotros. Co creamos con el cliente, es sentarse y entender lo que quiere, no es 'te ofrezco aceite de palta, lo saco del estante y te lo doy', nos caracterizamos en entender qué es lo que necesita el cliente porque quizás está buscando un extracto de X para determinada función, pero el equipo de I+D le puede recomendar algún otro extracto para esa función, o que se combine o que potencie el efecto que está buscando o porque en costos es menor. Tratamos de mezclar estos dos conocimientos para hacer lo que mejor le sirva al cliente”, completó Soulez.

Tres generaciones

La planta de producción y las oficinas de Soaljo se encuentran en Valentín Alsina, partido de Lanús, pero su historia comenzó en el porteño barrio de Mataderos en el lejano año de 1954. El Farmacéutico y Bioquímico Emilio Soulez instaló su propio laboratorio dedicado a las enzimas animales y extractos vegetales bajo el nombre de Altea, una planta de la familia de las malvas. Emilio dirigió su empresa con vocación y eficacia hasta que a fines de los noventa cedió el mando a su hijo, también llamado Emilio Soulez. En el 2000 la empresa se muda al sur del Conurbano Bonaerense y cambia su nombre por el actual dándole una impronta aún más familiar ya que Soaljo nace de la combinación de las primeras letras de los nombres de los hijos de Emilio: So, por Sofía, Al de Alma y Jo de Joaquín.

En febrero de 2018 se sucedió la renovación generacional y la economista Sofía Soulez, la nieta del fundador de la empresa, llegó a la dirección. Con amplia experiencia en multinacionales y con una Maestría en Administración de Empresas dirige Soaljo y continúa la trayectoria de crecimiento que caracteriza a la firma: “En el 2018 éramos 25 empleados, hoy somos 38. Crecieron todos los equipos, todos incorporaron gente, incluso este año estuvimos incorporando gente porque fuimos declarados actividad esencial y nunca paramos la producción, tuvimos que cambiar la forma en que estábamos trabajando y vimos un crecimiento en la empresa. Proyectamos crecimiento para los próximos años por lo que incorporamos gente y aprovechamos este momento para hacer capacitaciones, inducciones y para la búsqueda de personal”, contó Soulez.

Desde el año 2000 la empresa se volcó en exclusiva a los extractos vegetales, impulsó una filosofía interna de respeto y protección de la naturaleza y hoy tiene como objetivo alcanzar la certificación orgánica y vegana: “Estamos focalizados en la naturaleza, no testeamos en animales y buscamos la certificación orgánica que se refiere a las materias primas, de los productores que tenemos detrás nuestro que avalan este momento. Es nuestra filosofía y lo vemos reflejado en el mercado; la gente está comenzando a interiorizarse mucho más en qué es lo que está consumiendo realmente”.

Premio Joven Empresario

El 2 de diciembre de 2020 la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires eligió al ganador del Premio Joven Empresario 2020, un reconocimiento al entusiasmo, trabajo y aporte al desarrollo y crecimiento económico de la Provincia. Reunidos en distintas categorías, 65 empresarios y emprendedores esperaron nerviosos la decisión de un jurado notable. Castelar Digital, en representación del Centro Comercial e Industrial de Castelar, fue finalista en la categoría Impacto Social. Sofía Soulez fue finalista y ganó la terna por Convivencia Generacional, para luego ser elegida como la ganadora del Premio Joven Empresario 2020.  

“Haber ganado la categoría Convivencia Generacional, primero en Valentín Alsina y después a nivel provincial, fue un reconocimiento súper lindo e importante. No es lo mismo comer un asado con tu papá que trabajar con tu papá todos los días, conocés aspectos totalmente distintos y él también conoce aspectos míos. Es una característica en las empresas familiares, se delega y se da por sentado, pero si los dos tienen el mismo objetivo, se puede llevar a cabo”, confió la empresaria y completó, “en lo personal fue un esfuerzo grande, estuvo buenísimo. Y llegar al nivel provincial fue la frutilla del postre, pero realmente competía con gente que tenía proyectos que a mí particularmente me parecían espectaculares, pensé que no tenía ni chance porque había diez proyectos que considero que tenían más impacto que el mío”.

“El premio es muy importante también porque que me hayan reconocido a mí es porque soy la cara visible, pero detrás mío hay 38 personas que trabajan, las que mantienen esto a flote. Es un reconocimiento personal y profesional que fue muy bien recibido por la empresa, una experiencia muy buena”, finalizó Sofía Soulez.